Noticias:
Premios Schopenhauer: TasmaniaSchopenhauer dijo: "este mundo es el Infierno, y los hombres son tanto los demonios como los condenados".En otras palabras, aunque él lamentaba nuestro sufrimiento, no era ningún liberal sensiblero. Sabía demasiado bien como de rápido pasamos de víctimas chillonas a risueños asesinos. Los humanos hemos estado erradicando del planeta las especies más hermosas y nobles durante miles de años, ya desde cuando extirpamos la magnificiente fauna del pleistoceno -los mamuts, osos de las cavernas y perezosos gigantes-.Pero es fácil buscar excusas para esa carnicería. "Fue mucho tiempo atrás; la gente no sabía nada mejor". Y por esto merece la pena observar lo que sucedió cuando los británicos llegaron a Tasmania, al final del siglo XIX. Tasmania fue la última gran masa de tierra en ser colonizada. Si la gente de verdad tuviese algo que aprender, lo habría aprendido ya cuando los colonos alcanzaron Tasmania.Pero, por supuesto, nadie había aprendido nada. La única diferencia fue que, gracias al mejor armamento, la matanza procedió mucho más rápido.Tan pronto como bajaron de los muelles, los colonos británicos emprendieron el exterminio de los nativos tasmanos, un pueblo tranquilo que fue una presa fácil. Se les disparó por diversión, o por aburrimiento, o porque podrían robar una de las preciosas ovejas de los colonos. En una generación, los tasmanos se desvanecieron. Los últimos supervivientes a menudo escogieron saltar a los acantilados, familias enteras eligiendo la aniquilación por sí mismas antes que la humillación de ser cazadas como conejos. Cuando los británicos, intuyendo que los tasmanos podrían tener valor en el futuro como souvenirs, trataron de capturarlos y criarlos, encontraron a los tasmanos indiferentes y apáticos. No iban a reproducirse en cautividad.Con las alimañas de dos patas fuera de escena, los colonos pasaron a dedicarse a la amenaza de cuatro patas: el Thylacine, o "lobo de Tasmania". Ésta era una de las más extrañas y maravillosas criaturas que han caminado sobre la tierra, el único gran marsupial carnívoro del mundo. Pese a que parecía canino, con su largo hocico y amplio torso, el Thylacine no tenía ninguna relación con ningún otro carnívoro en el mundo. En términos genéticos tenía más en común con los canguros que con otros animales depredadores.El lobo de Tasmania era un animal inofensivo, que evitaba a la gente cuando tenía la oportunidad. Pero los colonos no le dieron ninguna oportunidad. Ofrecieron una recompensa por cada pellejo. Los granjeros de ovejas saltaron sobre la oportunidad de conseguir dinero matando algo. Posaron en fotografías con sus rifles y un Thylacine muerto o dos colgando de ganchos de carnicero.Y esto no es algo que sucediese hace eones. Los colonos todavía continuaban abatiendo lobos de Tasmania bien entrado el siglo veinte. El gobierno tasmano todavía ofrecía considerables recompensas por ellos. Pero hacia 1912 quedaban tan pocos Thylacines que ya no se recogieron más recompensas.Ahora que eran raros, los Thylacines tenían cierto valor para zoológicos y circos. Los colonos pasaron a atraparlos para venderlos a compradores de ultramar. Por cada uno que llegó vivo a su destino, una docena murió durante el viaje.Y como los tasmanos de dos patas, los Thylacines no se reprodujeron en cautividad. Varios de ellos vivieron en zoológicos hasta bien entrada la década de 1930, paseando de aquí para allá interminablemente, ignorando a las multitudes que se congregaban para verlos.El gobierno tasmano estaba al corriente de que los Thylacines estaban desapareciendo, pero se rió de los excéntricos que sugirieron salvar unos pocos. El último de ellos murió en un zoo hace sólo 70 años; más o menos la esperanza de vida de uno de los mojigatos despreciables que recogieron sus recompensas con tanto orgullo.Y esto es lo peor del asunto. Podéis justificar las extinciones anteriores hablando sobre cómo mereció la pena porque conseguimos tanto, bla, bla, bla... Pero no podéis decir eso sobre Tasmania. Lo único que Tasmania ha producido ha sido asesinato. El único tasmano que ha atraído la atención mundial fue Martin Bryant, quien en 1996 entró en un cafe tasmano y mató a 35 personas, incluyendo varios niños a los que persiguió y disparó a quemarropa, sonriendo.Es lo que hacemos. Es quiénes somos.
es una lastima en verdad... y no solo son lobos... son tigres de bengala, aves exoticas... (y mas lobos, el mexikano está en peligro de extincion)... el ser humano es un tirano asesino solamente...una verdadera lastima... nosotros mismos acabamos con el mundo =(